Hace tiempo tenía ganas de escribir este post, pero conseguir imágenes de mi abuelita paterna no es tarea fácil, porque a ella no le gustan. Pero aquí está. Tiene más año de los que imaginan, pero aún continúa con sus labores cotidianas al ritmo que su vejez se lo permite.
Mi abuelita ha trabajando la lana de oveja toda su vida, y aún ahora lo sigue haciendo. Aquí las fotos que conseguí de sus labores.
El proceso es bastante largo y árduo, y el resultado son estas hermosas (para mi gusto) y super calentitas frazadas artesanales las que, por supuesto, vende a quienes la conocen y saben de su arte.
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